Generalmente una auditoría energética en edificios tiene la finalidad de optimizar y reducir el consumo de energía, manteniendo y mejorando al mismo tiempo el confort y la seguridad de las personas que los habitan.
Se trata por tanto de una metodología encargada de analizar y detectar aquellas fuentes de energía activas y pasivas del edificio, para posteriormente analizarlas y tomar decisiones en cuanto a su mejora de eficiencia energética, siempre buscando la mayor viabilidad económica y técnica en las propuesta de actuación.
El objetivo de la auditoría energética, tanto para empresas que deban cumplir el Real Decreto 56/2016, como para PYMES que necesiten de este tipo de estudios es la reducción de su factura energética y el uso razonable de la energía, conociendo cómo se utiliza. Gracias a la figura del gestor energético, este nos dará el conocimiento y herramientas suficientes para entender la importancia que hoy en día tiene la energía en el cash-flow económico y ambiental de cualquier empresa o entidad.
Hasta hace poco ha sido una medida que ciertas empresas e instituciones han realizado por concienciación y convencimiento de las bondades de este trabajo, pero ahora ya se está imponiendo en ciertos casos, mediante normativas nacionales y europeas como dice la Directiva 2012/27/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 25 de octubre de 2012.
La auditoria energética es una especialización en la realización de trabajos relacionados con la eficiencia y la rehabilitación en edificios y sus instalaciones, es complemento adicional a la actividad del gestor energético y puede mejorar y propiciar las posibles actuaciones y servicios cruzados que se genera en una consultoría energética completa: termografía, ensayos para conocer el aire no controlado (infiltraciones), inspección, monitorización, búsqueda de actuaciones de ahorro con bajo coste, formación del uso de las instalaciones a los usuarios, certificados energéticos, informes de edificios, control, organización, presupuesto y planificación de actividades y programas en el tiempo para incorporar inversiones amortizables a medio y largo plazo.
Todo este compendio de acciones pueden formar parte de una Auditoría Energética.
El estudio de los procesos de consumo energético que puedan contribuir al ahorro y la eficiencia de la energía primaria consumida, así como a optimizar la demanda energética de la instalación, equipos o sistemas consumidores de energía, son las actividades que se realizan en un estudio energético.
La implementación de una Herramienta de Gestión y Monitorización, es una actuación complementaria o aislada a la auditoría energética, y nos ayudará a disponer de forma real los consumos y usos de las distintas fuentes energéticas, no sólo al nivel de valores globales, sino de modo particularizado aplicado a los distintos procesos y consumos internos. Este conocimiento permite predecir los incrementos de energía usada que se producirán al aumentar la actividad, o es posible fijar las medidas de contención del coste a través de un programa inteligente de ahorro.